jueves, 31 de enero de 2013
¿Cómo amar al prójimo?
- Sonríe más.
- Saluda antes de que te saluden.
- Haz el bien a quienes te hacen el mal.
- Aprende el nombre de las demás personas.
- Da siempre las gracias.
- Recuerda las fechas importantes para otras personas.
- Regala una tarjeta, un mensaje, una llamada telefónica.
- Alaba las cualidades y éxitos de los demás.
- Contesta pronto y con cariño las llamadas y los mensajes que recibes.
- Escucha con verdadero interés a la persona que te habla.
- No discutas.
- No critiques.
- Habla bien de todos.
- Niega un favor con gentileza.
- Di Sí con verdadero cariño.
- Orar por una persona que vive en la calle
- Perdonar a alquien que te ha herido.
- Preparar con amor la comida para tu familia.
- Agradecer.
Lección 9. Amar es estar aquí y ahora
Amar es un verbo en
presente. Encadenados al pasado cargamos el peso de lo vivido; añorando los
bellos recuerdos o cargando las memorias de las heridas del ayer, ambas son
como piedras que llevamos y limitan nuestra libertad. En el otro extremo, vivir
proyectándonos en el futuro es soñar, estar en una fantasía, que por el momento
sólo existe en nuestra imaginación.
Re-vivir no es vivir, es un
tiempo muerto que pasó y voló, enfocar nuestra mente en el ayer, es permitir
que la vida pase sin vivirla realmente. En la vida tenemos la tarea de aprender
a desapegarnos, un reto que tarde o temprano aparece y seguirá hasta el final.
Aunque nadie nos enseña cómo hacerlo, hemos de vivir todas las etapas del duelo
para cada pérdida importante.
Amar es liberarse del pasado
para darle todo al presente, liberar con amor y bendecir cada una de las
experiencias. Podemos mirar para atrás sólo para ver que tanto hemos avanzado
en el camino, reconocer ese ser interior transformado con cada una de las
experiencias, éxitos y fracasos y seguir adelante.
El futuro es incierto, así
que vivir en él es soñar y perder las oportunidades que el presente nos brinda.
Vivir en la fantasía puede ser muy útil para un escritor de ciencia ficción,
pero para nosotros dedicados a labores menos imaginarias, es perder el
presente, y dejar que pase la única oportunidad verdadera de amar, el ahora.
Amemos aquí y ahora, en este
momento, reconozcamos el amor que Dios nos ofrece, estamos respirando, tenemos
el bien más valioso; el tiempo para vivir y amar. Tú y yo, somos altamente
bendecidos, al tener esta oportunidad de pensarnos en el amor.
En el ahora, amemos este
cuerpo hermoso que tenemos sin criticarnos y aceptándolo completa y profundamente,
sin condiciones. Amemos lo que hoy somos, lo que pensamos, amemos el hecho de
tener un gran objetivo de aprender a amar mejor, de ser más felices y hacer más
felices a las personas que nos rodean. Amemos todas las capacidades que Dios
nos regala y pongámosla el servicio de otros con amor.
Hoy, sólo por hoy, hagamos
todo para amar a las personas que se crucen en nuestro camino, podemos hacer
actos simples como sostener una puerta,
brindar un puesto en el autobús, decir gracias, abrazar, decir te amo, o
simplemente sonreír más.
Liliana
miércoles, 30 de enero de 2013
Mensaje positivo: Elige amar
Elige amar en
lugar de odiar.
Elige reír en
lugar de llorar.
Elige crear
en lugar de destruir.
Elige alabar
en lugar de criticar.
Elige curar
en lugar de herir.
Elige dar en
lugar de quitar.
Elige actuar
en lugar de aplazar
Elige
progresar en lugar de desistir
Elige
bendecir en lugar de maldecir.
Elige
perseverar en lugar de renunciar.
Elige seguir
viviendo en lugar de desear morir.
Anónimo
Lección 8. Amar es una elección
La mayor prueba del amor de
Dios es la capacidad que tenemos de elegir. Todos los seres humanos poseemos la
opción de elegir, tenemos el libre albedrío y con él decidimos un camino u
otro. Aún en condiciones de secuestro o privación de la libertad, nadie nos
puede obligar a sentir diferente a cómo nosotros elegimos.
Las decisiones que tomamos
son las que dirigen la vida, nuestro poder personal radica en la capacidad de
elegir aquellas opciones que nos acerquen más a nuestros sueños, sin importar
cuales sean ellos. En la vida elegimos, elegimos y elegimos, siempre estamos
tomando decisiones, desde simples o de poco peso, a decisiones trascendentes
que marcan puntos de quiebre en nuestras vidas.
El mundo está lleno de posibilidades,
así como de múltiples talentos y capacidades le son dados a cada persona. Las
oportunidades para amar están aquí y ahora, los dones para amar están en
nuestro interior si aceptamos que es así. La elección de qué, a quien, cómo,
cuando, donde amar es nuestra, es la libertad más plena.
Los seres humanos actuamos
de manera instintiva la mayor parte del tiempo, respondemos a estímulos
externos de forma automática. Aprendemos a reaccionar según las experiencias de
vida y los modelos que hemos observado, en la familia y en la sociedad de la
cual hacemos parte. No siempre aquella forma que aprendemos de manera
inconsciente y continua es la mejor, pero tenemos todo el poder para mejorar en
la dirección que deseemos, nada es imposible para quien cree que es posible.
Aprender a elegir el amor y
no el odio o la indiferencia; requiere un paso previo que es desaprender lo
aprendido y que no funciona. Ir al
centro de nuestro ser, hacer consciente la forma que reaccionamos y por
qué lo hacemos, sacar a la luz la oscuridad que hemos dejado entrar, y ver que
en nosotros habitan como eternos compañeros el bien y el mal.
El camino del amor no es el
sendero tranquilo, es el camino de la guerra que al final conduce a la paz,
pero es una batalla que se libra en nuestro interior, en cada decisión del día.
Puedo sentirme infeliz porque el día está lluvioso, o puedo ser feliz porque
las plantas tienen el agua que necesitan; todo depende de la forma en la que
elijamos reaccionar.
Cuando nace en el corazón la intención de amar, Dios nos brinda la
ayuda que necesitamos, estamos en su voluntad.
Liliana
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