lunes, 29 de febrero de 2016
martes, 23 de febrero de 2016
Arco Iris - Mario Benedetti
PRÓXIMO PRÓJIMO, 1964-1965
A
veces
por
supuesto
usted
sonríe
y no
importa lo linda
o lo
fea
lo
vieja
o lo
joven
lo
mucho
o lo
poco
que
usted realmente
sea
sonríe
cual
si fuese
una
revelación
y su
sonrisa anula
todas
las anteriores
caducan
al instante
sus
rostros como máscaras
sus
ojos duros
frágiles
como
espejos en óvalo
su
boca de morder
su
mentón de capricho
sus
pómulos fragantes
sus
párpados
su
miedo
sonríe
y
usted nace
asume
el mundo
mira
sin
mirar
indefensa
desnuda
transparente
y a lo
mejor
si la
sonrisa viene
de muy
de muy
adentro
usted
puede llorar
sencillamente
sin
desgarrarse
sin
desesperarse
sin
convocar la muerte
ni
sentirse vacía
llorar
solo
llorar
entonces
su sonrisa
si todavía
existe
se
vuelve un arco irissábado, 20 de febrero de 2016
La paradoja de nuestro tiempo
La
paradoja de nuestro tiempo es que tenemos edificios más altos, pero
temperamentos más cortos; autopistas más anchas, pero puntos de vista más
estrechos.
Gastamos
más, pero tenemos menos; compramos más, pero disfrutamos menos.
menos tiempo.
Tenemos
más títulos, pero menos sentido común; más conocimiento, pero menos juicio; más
expertos, pero más problemas; más medicina, pero menos bienestar.
Bebemos
demasiado, fumamos demasiado, gastamos imprudentemente, reímos muy poco,
conducimos muy rápido.
Hemos
multiplicado nuestras posesiones, pero reducido nuestros valores.
Hablamos
demasiado, amamos muy rara vez y odiamos con demasiada frecuencia.
Hemos
aprendido a ganarnos la vida, pero no una vida, hemos agregado años a la vida,
no vida a los años.
Hemos
recorrido todo el camino a la luna y de regreso, pero tenemos problemas para
cruzar la calle para conocer al nuevo vecino.
Hemos
conquistado el espacio exterior, pero no el espacio interior.
Hemos
hecho grandes cosas, pero no cosas mejores.
Hemos
limpiado el aire, pero contaminado el alma.
Hemos
dividido el átomo, pero no nuestros prejuicios.
Escribimos
más, pero aprendemos menos.
Planeamos
más, pero logramos menos.
Hemos
aprendido a correr, pero no a esperar.
Estos
son los tiempos de comidas rápidas y las digestiones lentas, de los hombres
altos y de carácter corto, de altas ganancias y relaciones superficiales.
(Dr.
Bob Moorehead, The Paradox of Our Time).
viernes, 19 de febrero de 2016
domingo, 14 de febrero de 2016
lunes, 8 de febrero de 2016
Instantes
Si pudiera vivir nuevamente mi vida.
En la próxima, trataría de cometer más
errores.
No intentaría ser tan perfecto, me
relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con
seriedad.
Sería menos higiénico, correría más
riesgos.
Haría más viajes, contemplaría más
atardeceres,
subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares donde nunca he ido,
comería más helados y menos habas.
Tendría más problemas reales y menos
imaginarios.
Yo fui una de esas personas que vivió
sensata y prolíficamente
cada minuto de su vida.
Claro que tuve momentos de alegría, pero si
pudiese volver atrás,
trataría de tener solamente buenos
momentos.
Por si no lo saben, de eso está hecha la
vida, sólo de momentos.
No te pierdas el ahora.
Yo era uno de esos que nunca iba a ninguna
parte, sin un termómetro,
una bolsa de agua caliente, un paraguas y
un paracaídas.
Si pudiese volver a vivir, viajaría más
liviano.
Si pudiera volver a vivir, comenzaría a andar
descalzo a principios de la
primavera y seguirá así hasta concluir el
otoño.
Daría más vueltas en calesita, contemplaría
más amaneceres y jugaría con niños.
Si tuviera otra vez la vida por delante.
Pero ya ven, tengo 85 años y sé que me
estoy muriendo
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